miércoles, 30 de noviembre de 2011

31 Maratón de Valencia divina pastora


Una nueva edición de la maratón de Valencia se celebro por fin el pasado domingo 27.
Esta edición ha vivido un cambio organizativo de fechas y por si no había sido suficiente por las elecciones se retraso una semanita mas…
Cambio este, que a priori, no resultaba agradable pues las maratones se preparan con mucho tiempo de antelación, entrenamientos y reserva de fechas para vacaciones, hoteles y demás, ha resultado muy beneficiosa pues la semana anterior hizo muy mal tiempo y hubiera resultado un poquito mas dura.
Este se alió con esta edición pues nada mas terminar la prueba empezó a torcerse y termino por  parecer un día distinto al vivido durante la carrera.
Por la mañana después de un desayuno correcto para todos, pues suelo tener más nervios y normalmente apenas puedo tomar nada... salimos a la calle y nos sorprende una temperatura más que agradable para la disputa de la maratón. Nos reunimos casi todos los mandaraches que íbamos a correr en la puerta del hotel y junto con nuestras parejas (cámaras en mano, para la toma de imágenes que no seria posible sin su abnegado sacrificio), nos dirigimos a la fantástica salida que la organización había dispuesto para nosotros. Se iban a disputar también 10km de forma paralela y por tanto cada uno de los competidores ocuparon su lado del puente Monteolivete correspondiente mirando de frente a la ciudad de las artes y las ciencias, marco incomparable para una meta que ahora se nos antojaba imposible, es el sentimiento que me invade cada vez que he tenido de frente la salida de una maratón…pero que para nada iba a resultar inalcanzable para ningún mandarache.
Nos dirigimos hacia el puerto donde se ha venido disputando la copa América. Pasando por las playas de las arenas y de la Malbarosa y haciendo parte del recorrido del circuito de F1 como la zona de boxes.
Nos dirigíamos entonces al casco antiguo y monumental de Valencia. Pasando por el Miguelete, la catedral, las torres de Quart que dieron entrada a la ciudad junto a las torres de Serranos, la plaza de toros, la estación de tren, el ayuntamiento... pasamos por amplias avenidas, por zonas ajardinadas de la ciudad como los jardines del Turia. Y salimos de nuevo hacia los límites externos de la ciudad. Allí pude ver al globo de 3h15´ pero no quise forzar una maquina que iba bien engrasada pensando en que todavía quedaba mucho y ya lo alcanzaría. La próxima lo dejare atrás…un nuevo reto.
Me sorprendió en el recorrido atravesar varios túneles, que me hicieron recordar Paris aunque allí tenían el encanto de ir paralelos al Sena…no esperaba cruzar por ningún túnel. Y claro había que salir, que las cuestas son cortas pero después tienes que recuperar. Las calles con buena animación, durante casi todo el recorrido había gente animándote apostados en los laterales de las calles en las barandillas que daban acceso a los túneles. La música también presente con grupos en directo que no dudaban en gritar palabras de ánimo. Como no ese pelotón de pitufos geniales desde el primero hasta el último de ellos. Al principio, y por coincidir el recorrido por esa calle aunque por diferente carril, al final venían muy bien para ayudarte a seguir ya enfilando los kilómetros finales hacia la ciudad de las artes y las ciencias. Es absolutamente sobrecogedora la imagen que se abría ante ti con el edificio del Ágora, entrando en la zona de meta… recorriendo los últimos metros… te invade la alegría… te liberas de todo… y solo esperas el momento de entrar en meta dejando atrás el museo de las artes e introduciéndote en la pasarela de meta… cruzando el lago para alcanzar finalmente tu objetivo…
Una maratón que merece la pena por muchas cosas… pero esta meta es simplemente insuperable.